Durante la cena tuvieron tanto presidenta saliente como presidente entrante, así como el macero, nos dirigieron una emotivas palabras.
Ya son doce años de club, doce cambios de collares, que han convertido nuestra asociación en una gran familia de amigos; que se integra en la aún más sólida y longeva Fundación Rotaria. Pudimos disfrutar de ver cómo con un año más nuestros pilares son más solidos y nuestro club está más fortalecido.
Aprovechamos la cena, además, para dar la bienvenida a María Sagrario Gato, a la que se le impuso la insignia rotaria.
Sin lugar a dudas, una gran celebración que reunión la satisfacción de un magnífico año de trabajo rotario llevado a cabo, con la ilusión de comenzar otro año lleno de esperanza para continuar haciendo crecer el club, crecer nosotros como personas y rotarios, y -en última instancia- hacer el mundo un poquito mejor.